ALMERIA 1 - 1 REAL MADRID
El Madrid lo tuvo todo de cara para ganar en Almería, pero cuando se vio con el marcador a favor se acomodó, perdió la concentración, se olvidó de sus obligaciones y permitió que el rival se creciera hasta llegar a agobiarle en la segunda parte. El Almería dominó con claridad tras pasar por los vestuarios, le quitó la pelota al Madrid y puso en serios aprietos a Casillas y a su defensa, que volvió a mostrar muchas dudas. En especial cuando Pepe, lesionado, dejó su puesto a un inseguro y nervioso Metzelder, al que se le reclamó un penalti por una mano que pareció involuntaria. El gran gol de Raúl no fue suficiente para imponerse a un animoso Almería en un partido enredado, que el Madrid quiso ganar por oficio y pegada, sus principales señas de identidad. La excelencia no es más que una utopía, así que este equipo sólo persigue sumar puntos, sin ningún envoltorio que alegre la vista a sus aficionados. Su objetivo es el título y para llegar a él ofrece trabajo y sacrificio, cualidades que en cualquier caso se le presuponen a todo profesional. Otra cosa es la elegancia en el juego. Eso se tiene o no se tiene.
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